Ulcera gástrica y duodenal

Ulcera gástrica y duodenal

Etiopatogenia de la enfermedad ulcerosa

La mucosa del estomago y duodeno está protegida de la acción de los jugos gástricos, invasión bacteriana y agentes químicos por una barrera mucosa. El moco impide el contacto de los ácidos con la mucosa y es producido por las células mucosas de las glándulas gástricas. Al mismo tiempo en el estomago están presentes las células productoras del jugo gástrico, parietales y principales, responsables de la producción de acido clorhídrico, pepsina, pepsinogeno etc.

En condiciones fisiológicas normales existe un equilibrio entre la formación de moco y jugos gástricos haciendo posible la digestión de los alimentos sin perjudicar la mucosa. Cuando por algún motivo esta integridad se rompe, es decir, se crea un desequilibrio generándose menor cantidad de moco y aumentando la producción de ácidos, la mucosa queda desprotegida produciendo en ella lesión. A esta lesión erosionada de la mucosa del estomago o duodeno se le denomina ULCERA.

Etiología: Los principales factores involucrados en este suceso son, en el caso de la ulcera gástrica infección poro Helicobacter pylori y fármacos antiinflamatorios, sobre todo los AINE; y en el caso de ulcera duodenal además de estos, pueden estar implicados otros como el estrés, los nervios y el tabaco. Cabe reseñar que la gástrica es más grave y menos frecuente, a la inversa que la ulcera duodenal, siendo menos grave y más frecuente.

 Tratamiento de la enfermedad ulcerosa

El tratamiento tanto a nivel farmacológico como dietético va encaminado a aliviar los síntomas y evitar las recurrencias inhibiendo la secreción ácida. Son diversas las recomendaciones y tratamientos dietéticos que se han utilizado durante años como terapia antiulcerosa pero no se ha demostrado que la dieta acelere la curación o evite recurrencias. Por ello y con la aparición de los inhibidores de la secreción gástrica hace mas de 30 años, la alimentación como forma de terapia ha pasado a un segundo plano siendo la terapia farmacológica la terapia de elección, dando al ulceroso una serie de recomendaciones generales nutricionales.

1-Tratamiento farmacológico: Los fármacos más empleados son los conocidos antiácidos que neutralizan la acidez (alcalinos) como el hidróxido de aluminio, para ampliar su efecto amortiguador se deben ingerir de una a tres horas después de las comidas. Otros disminuyen la secreción acida, son los inhibidores de los receptores H2 de la histamina (cimetidina, ranitidina) e inhibidores de la bomba de protones (pantoprazol, omeprazol). En caso de necesitar erradicar Helibacter pylori se administrarán antibióticos.

2-Recomendaciones generales nutricionales:

  • Evitar los alimentos que producen síntomas. El paciente aprende a conocer cuales son los alimentos que producen molestias. Comer de forma habitual rechazando los alimentos que generan más molestias con la ingestión oportuna de antiácidos constituyen un elemento importante en la dieta.
  • Numero de ingestas. Realizar varias comidas diarias (un mínimo de tres), poco abundantes y copiosas ayudan a mantener a ralla la acidez gástrica
  • Evitar el tabaco. El tabaco disminuye el tono del esfínter esofágico inferior (que separa el estomago del esófago), aumenta la secreción acida y el reflujo. También enlentece la cicatrización espontanea y agrava el peligro y rapidez de recidivas de la ulcera y el riesgo de perforación de esta. En definitiva, debe producirse un abandono total del tabaco. Como se ha comentado, se trata de uno de los factores posiblemente desencadenantes del proceso ulceroso.