Coaching nutricional en Castellón
El asesoramiento dietético-nutricional debe consistir en tres pasos fundamentales:
Clínica nutricional en Castellón
Antes que nada, no debemos olvidar que el Dietista-Nutricionista es un profesional sanitario que debe velar en todo momento por la salud del paciente, todo tratamiento planteado por el profesional debe ir encaminado a mejorar su estado de salud y nunca en detrimento de ésta. Es importante identificar aquellos falsos nutricionistas o personas sin ningún conocimiento y formación en materia de nutrición que ofrecen tratamientos y dan recomendaciones ya que pueden perjudicar seriamente a la población.
1.Evaluación del estado nutricional del paciente:
Para valorar adecuadamente el estado nutricional se deber recurrir a diversas herramientas que permitan recabar toda la información necesaria, en primer lugar, la determinación de la composición corporal:
Nuestro organismo se compone basicamente de dos compartimentos, masa grasa y masa libre de grasa ( tejido oseo, masa muscular comprendida por proteina y agua). Para poder calcular los % de grasa, agua y proteina disponemos de diversos métodos, la impedancia bioelectrica (BIA), la antropometría entre otros. La BIA es una técnica que permite determinar el porcentaje de masa grasa y masa libre de grasa mediante la transmisión de una corriente eléctrica.
¿Por qué es tan importante conocer dichos %? porque lo que define realmente la obesidad es el exceso de grasa en el organismo, sobre todo, cuando se concentra en la zona del abdomen siendo la antesala a complicaciones metabólicas (hipertension, diabetes dislipemias..). Ello conlleva un alto riesgo cardiovascular.
Con las famosas dietas “milagro” se consiguen resultados sorprendentes en poco tiempo pero a costa de perder la salud, el paciente puede sufrir un alto grado de deshidratación, consecuencias metabólicas irreversibles, merma osea…entre otras.
Historia dietética:
Para ello se emplean diversas herramientas (cuestionario frecuencia consumo de alimentos, recordatorio 24 horas…..) con el objeto de analizar en profundidad la alimentación habitual del paciente e identificar posibles desequilibrios tanto a nivel cualitativo como cuantitativo.
Las personas tienden a infravalorar lo que comen, la dieta en una persona con sobrepeso por lo general es hipercalórica, aunque a priori pueda parecer saludable si las cantidades no las controlamos, la dieta es excesiva en energía, ello se traduce en aumento de grasa y por ende en aumento de peso.
Se deben detectar desequilibrios cualitativos de macronutrientes (hidratos, grasas o proteinas), micronutrientes (vitaminas y minerales), agua y fibra. Una dieta equilibrada es aquella que nos aporta todos ellos en cantidades suficientes, tanto el exceso como el déficit de alguno de ellos resultará perjudicial para la salud. El exceso proteico puede traer consecuencias serias a nivel renal, hepático entre otras, una dieta muy baja en grasas puede tener consecuencias pues la grasa es vehículo de nutrientes esenciales, los hidratos de carbono son la base de la alimentación y por tanto imprescindibles para el organismo, debemos incorporarlos en nuestra dieta pero raciones adecuadas y en buena compañía (el problema esta en el abuso no en el uso) . En cuanto a los micronutrientes, lo mismo, la carencia de hierro es perjudicial pero su exceso también y esto ocurre con todos los nutrientes, la clave está en el equilibrio de la dieta. El objetivo por tanto es identificar dichos desequilibrios y posteriormente corregirlos con una buena educación nutricional.
Actividad física:
Para gozar de buena salud es tan importante la dieta como realizar ejercicio físico de manera regular y constante. Son innumerables los beneficios que aporta: ayuda a mantener niveles adecuados de colesterol y glucosa en sangre, fortalece los huesos, mejora la presión arterial, refuerza el sistema inmunitario, refuerza la autoestima, reduce la ansiedad y la depresión, ayuda a mantener un peso óptimo e imprescindible para conseguirlo en caso de sobrepeso.
Si el paciente es sedentario se planteará un plan de ejercicios para que poco a poco la persona se vaya habituando, es imprescindible inculcar su importancia y que se convierta en una filosofía de vida al igual que una buena alimentación.
Historia clínica:
En este apartado se pretende detectar enfermedades crónicas, factores de riesgo cardiovascular, intolerancias o alergias, enfermedades o trastornos digestivos, situaciones fisiológicas especiales, tratamientos farmacológicos o suplementos, intervenciones quirúrgicas o todo aquello que se precise saber para posteriormente poder personalizar el tratamiento.
Analítica:
La analítica nos ofrece mucha información, al médico le sirve para identificar enfermedades (antes de que se manifiesten a modo de síntomas o aquellas que cursan de forma asintomática), al nutricionista le sirve para detectar posibles desequilibrios en la alimentación. La malnutrición ya sea por exceso o por déficit puede verse reflejada en la analítica.
Los parámetros analíticos son fundamentales en el análisis nutricional sobretodo aquellos que guardan una estrecha relación con la alimentación como son los lípidos plasmáticos, glucemia, transaminasas (estado del hígado), creatinina (parámetro que mide la función renal), niveles de uratos en sangre…entre otros.
El sobrepeso desgraciadamente suele ir asociado a la comorbilidad (todas aquellas complicaciones derivadas del sobrepeso como factores de riesgo cardiovascular, problemas osteoarticulares…). La analítica nos ayudará a detectarlas, uno de nuestros objetivos es reducir dicha comorbilidad, con una reducción del % de masa grasa conseguiremos una mejoría sustancial en el estado de salud del paciente al reducir dichos factores riesgo, en caso de no existir evitaremos su aparición, sino tratamos el sobrepeso es cuestión de tiempo que vayan aconteciendo.
Valoración del riesgo cardiovascular: para ello las herramientas más utilizadas son el test Framinghan y la determinación de perímetro de cintura. El primero basado en el famoso estudio Framinghan que estableció los principales factores de riesgo cv: diabetes, colesterol, HTA, sobrepeso, sedentarismo y tabaquismo. Cuantos más de estos factores cohabitan en la persona mayor es el riesgo de sufrir un evento coronario en los próximos años. El segundo, perímetro de cintura, el mejor indicativo de grasa visceral, más importante que conocer el % de grasa total en el organismo es saber donde está localizada, cuando existe un exceso de grasa ésta tiende a acumularse en la zona abdominal rodeando órganos vitales comprometiendo su correcto funcionamiento. Un perímetro superior a 88 cm en mujeres y 102 cm en hombres es indicativo de existencia de grasa visceral aumentando considerablemente el riesgo cardiovascular.
Debemos tener muy presente que las enfermedades cardiovasculares como la HTA, hipercolesterolemia o diabetes son silentes, asintomáticas y eso es lo peligroso, de ahí la importancia de la analítica sobretodo en personas con sobrepeso, sedentarias o malnutridas. A la hipertensión se le suele denominar “la asesina silenciosa”.
2.Diagnostico y tratamiento personalizado:
Una vez elaborada la valoración y tras el diagnóstico se deben establecer uno objetivos y diseñar un tratamiento dietético adaptado a la situación fisiopatológica de la persona, edad y sexo, teniendo en cuenta por tanto las patologías detectadas y aquellas posibles situaciones fisiológicas que requieren un tratamiento especial (adolescencia, vejez, menopausia, deporte…). Los parametros a controlar, nutrientes a vigilar, por tanto, vendrán condicionados por la situación ponderal del paciente, personalizando así el tratamiento.
3.Monitorización y seguimiento. Educación Nutricional.
Uno de los principales objetivos en esta profesión es instruir a las personas en cuanto a cómo deben alimentarse para conseguir y preservar un buen estado de salud, con el tratamiento adaptado, sea cual sea, la persona aprende a comer en función a su situación, fisiológica o patológica, algo que no se consigue en dos o tres semanas, de ahí la necesidad de proponer un tratamiento a medio-largo plazo, solo así seremos capaces de arraigar los buenos hábitos desterrando aquellos que nos habían llevado a una situación que comprometía nuestra salud.
El elaborar un tratamiento adaptado al paciente en cuanto a gustos, preferencias…atractivo, en definitiva, garantiza en parte la adhesión al tratamiento, clave en el éxito de éste. Para garantizar fidelidad es fundamental un seguimiento y monitorización periódico con el fin de valorar la respuesta al tratamiento, posibles conflictos con la dieta o cambios en ella en caso de que sea necesario, así conseguiremos efectividad en el tratamiento como el compromiso del paciente, los buenos resultados servirán de motivación asegurando el no abandono y la adhesión al tratamiento.