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Repercusión de la alimentación vegetariana en la salud

Repercusión de la alimentación vegetariana en la salud

En este capítulo vamos a tratar la alimentación vegetariana, en que consiste, los beneficios que aporta para la salud y sus posibles riesgos o carencias nutricionales si el vegetariano no es instruido correctamente por un profesional cualificado en caso de decidir practicar el veganismo puro.

La dieta del vegetariano se basa principalmente en alimentos de origen vegetal como los cereales, verduras, frutas, frutos secos y legumbres, excluyendo alimentos como la carne y el pescado. Existen variedades como la dieta OLV (ovolacteovegetariana), macrobiótica, vegetariana pura, semivegetariana entre otras.La dieta OLV puede cubrir totalmente las necesidades nutricionales del individuo sin embargo en la dieta vegana estricta van a existir nutrientes en riesgo como la proteína, el calcio, hierro, vitamina B12 y vit D. Cada uno de ellos será tratado en detalle a continuación.

Debido al gran interés de la población por seguir unas normas de alimentación saludable, un gran segmento de ésta limita su ingesta en alimentos de origen animal, sin excluirlos por completo de su dieta pero sin formar parte de ella de manera habitual , incluyéndolos solo de forma esporádica y en determinadas ocasiones como ciertos eventos, salidas con amigos, comidas familiares etc..A esta población se la conoce como semi o flexivegetariana.

 

Son diversos los estudios epidemiológicos que han evidenciado el impacto que puede causar este modo de alimentarse en nuestro estado de salud, los individuos que siguen esta dieta presentan un riesgo cardiovascular muy inferior, se reduce la incidencia en la diabetes II, Hipertensión, obesidad, litiasis renal, enfermedad diverticular…y cáncer. Aunque es cierto que muchos factores ambientales pueden influir en el desarrollo de estas enfermedades, los datos obtenidos apoyan con firmeza el papel principal de la dieta en ellos. No se puede responsabilizar de tal efecto beneficioso a ninguno de los componentes de la dieta vegetariana sino a la sinergia de todos y cada uno de ellos: fibra, vitaminas, minerales, grasas insaturadas, proteína vegetal, carbohidratos complejos y sustancias fitoquímicas (solo presentes en el reino vegetal como flavonoides, índoles, isotiocianatos, compuestos sulfurados….), todos ellos actúan en conjunto contribuyendo de gran manera a promover un buen estado de salud en la población vegetariana.

El vegetariano basa su alimentación en alimentos de origen vegetal, lo que implica una correcta ingesta de fuentes de hidratos de carbono complejos e integrales reduciendo su consumo en refinados y azucares (los “malos de la película”), ello conlleva alta ingesta de fibra y micronutrientes (vitaminas y minerales).

En el vegetariano el consumo de grasas totales es menor, también la calidad de ésta es mejor pues hay predominio en consumo de grasas insaturadas y bajo o nulo aporte de colesterol dietético. El omnívoro consume más grasas en general, mayor consumo de grasas saturadas y alto contenido en colesterol.

En cuanto a la proteína, la OMS recomienda que el 75% debería ser vegetal, el omnívoro no solo lleva a cabo dietas hiperproteicas, lo que conlleva daño renal, hepático, oseo..entre otros, sino que además predomina la animal con bajo consumo de fuentes tan interesantes como legumbre o frutos secos. El aporte proteico en el vegetariano es el adecuado tanto en cantidad (12-15%) como en calidad gracias a la variedad de la dieta y a la complementariedad proteica. Los alimentos ricos en proteína vegetal (legumbres y frutos secos) arrastran consigo otros componentes beneficiosos para la salud como fibra, antioxidantes, grasas insaturadas….de ahí la importancia de no menospreciar las fuentes proteicas vegetales.

En general, el consumo de antioxidantes (vit C, vit E, carotenos, flavonoides y sustancias fitoquimicas), compuestos todos ellos presentes exclusivamente en el reino vegetal, es obviamente más elevado en vegetarianos.

Por lo general, la dieta del vegetariano es más natural, menor consumo de procesados y por tanto menor consumo de sal, azúcar, grasas industriales…la dieta suele tener menos densidad calórica (mucha fibra, menos grasa…), todo ello contribuye a mantener un peso adecuado, la prevalencia de obesidad en la población vegana es menor.

 

Alimentación vegetariana y enfermedad cardiovascular

Está demostrado científicamente que la dieta influye sobre los niveles de colesterol sérico (en sangre) y que un aumento de éstos es un factor de riesgo para la cardiopatía isquémica. La alimentación vegetariana aporta diversos componentes con marcado efector cardioprotector.

Entre ellos podemos destacar el tipo de grasa, existe evidencia científica que demuestra que las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas (presentes en aceites vegetales, frutos secos…) ejercen un efecto positivo sobre el perfil lipídico disminuyendo los niveles de colesterol sérico al contrario que las grasas saturadas o industriales (grasas trans tan presentes en alimentos procesados), el efecto de estas es totalmente opuesto, perjudicando seriamente los niveles de colesterol sérico.

Existen otros factores dietéticos que contribuyen a la disminución en los valores de colesterol plasmático como el efecto que puede causar la proteína vegetal. En algunos estudios se ha evidenciado que la proteína cárnica tiene un cierto efecto hipercolesterolemiante y que la proteína de soja ejerce el efecto contrario, hipocolesterolemiante, sin poderse determinar si el responsable de dicho efecto es en sí la proteína o la asociación con otros componentes de este alimento como la fibra, isoflavonas o sustancias fitoquímicas presentes en la soja. De ello se deduce que los alimentos ricos en proteína vegetal como las legumbres o frutos secos son portadores además de otros componentes y todos ellos en conjunto ejercen este efecto cardioprotector. Por el contrario, los alimentos ricos en proteína animal arrastran grasas perjudiciales, no aporta fibra, ni antioxidantes ni sustancias fitoquimicas, perjudicando los niveles de colesterol serico y aumentando el riesgo cardiovascular. Existe una excepción, el pescado, que aporta grasas poliinsaturadas (omega 3), con propiedades antitromboticas, antiarritmicas, antiinflamatorias, ejercen un efecto positivo sobre el colesterol sérico y son muy eficaces para reducir los niveles de triglicéridos en sangre.

La ingesta superior de fibra que presentan los vegetarianos (sobre todo la soluble) podría contribuir en gran medida a mantener unos valores inferiores de colesterol (se constata que puede disminuirlos en un 10%). La fibra es un tipo de carbohidrato no digerible que contribuye al correcto funcionamiento del tracto digestivo, actua como una especie de papel adhesivo arrastrando grasas, azucares, sustancias carcinogenas….en consecuencia mejora el perfil lipídico, glucidico, tensional, en definitiva, la fibra presenta un claro efecto cardioprotector.

La oxidación de las lipoproteínas séricas (LDL) es un factor decisivo en el desarrollo de la arteriosclerosis. Las partículas de colesterol-LDL oxidadas son captadas por los macrófagos, se produce inflamación y formación de placas de ateroma que acaban obstruyendo las arterias. Este hecho podría ser el responsable de casi el 70% de infartos de miocardio. Todo aquello con capacidad antioxidante y antiinflamatoria contribuirá a ralentizar el cuadro aterosclerótico. Los vegetarianos presentan altas concentraciones en sangre de los principales antioxidantes (vit C, vit E y betacarotenos) por no hablar de la cantidad de sustancias fitoquimicas ampliamente distribuidas en los alimentos vegetales que actúan como potentes antioxidantes con demostrado efecto protector cardiovascular.

Numerosos estudios indican que los valores elevados del aminoácido homocisteina en sangre son un factor de riesgo cardiovascular, a su vez las bajas concentraciones de acido fólico (vitamina B9) están asociadas a altas concentraciones de homocisteina. Esta vitamina está presente sobre todo en la hoja verde entre otros alimentos vegetales. La ingesta de este nutriente es superior en vegetarianos, este podría ser otro mecanismo que contribuye a reducir el riesgo cardiovascular en dicha población.

 

Alimentación vegetariana y cáncer

La alimentación ejerce un papel determinante en el desarrollo del proceso carcinógeno, la prevención es clave y con unos hábitos saludables podemos frenar la evolución de la enfermedad todavía latente. El cáncer es como un jardín, necesita unas condiciones óptimas para poder crecer y desarrollarse, existen componentes en la dieta que actúan de promotores activando este proceso, por el contrario, existen otros que actúan de escudo protector frenando e impidiendo la evolución del proceso carcinógeno.

Diversos estudios muestran que las dietas ricas en alimentos de origen animal están asociadas con un aumento en la incidencia de diversos tipos de cáncer (mama, colon, próstata, riñón y endometrio). Este tipo de dietas suele ser rica en grasas sobre todo saturadas, pobres en alimentos vegetales y por tanto precarias en fibra, carbohidratos complejos, antioxidantes y sustancias fitoquimicas. En estas circunstancias, se genera un medio propicio para el desarrollo del cáncer. Los vegetarianos tienen una tasa de mortalidad por cáncer inferior al resto de la población, se debería concretar si se debe solo a factores dietéticos o a un conjunto de circunstancias como hábitos más saludables (fuman y beben menos, menor prevalencia de obesidad, practican más ejercicio físico…).

El consumo de alimentos de origen vegetal no es pues solo una excelente manera de aportar al cuerpo vitaminas y minerales indispensables para el buen funcionamiento de nuestras células. Tambien constituye una forma de quimioterapia preventiva mediante la cual miles de compuestos fitoquimicos crean un entorno poco favorable para los tumores microscópicos y asi conseguir mantenerlos en un estado latente e inofensivo.

UN EFECTO CONJUNTO: para maximizar su potencial quimio-preventivo se debe realizar un aporte diversificado ya que ningun alimento contiene por sí solo todas las moléculas anticancerosas capaces de frenar la progresión de todos los canceres. Incrementando y variando el aporte de vegetales se consigue aumentar de forma espectacular la prevención del cáncer. Según la Organización mundial de la Salud (OMS), la falta de fruta y verdura en la dieta es directamente la causante de alrededor de tres millones de fallecimientos cada año en el mundo.