Dieta equilibrada

Dieta equilibrada

El termino “dieta” hace referencia al conjunto de alimentos que ingerimos, cada individuo lleva a cabo su propia dieta. Cualquier selección de alimentos es una dieta y cada dieta tiene unas determinadas características. A su vez los alimentos están formados por nutrientes, un nutriente es aquella sustancia esencial para la salud y que el organismo no puede sintetizar o lo hace en cantidades insuficientes por lo que debe ser aportado por la dieta, cuyo vehículo es el alimento y cuya carencia da lugar a determinadas patologías así como su exceso que también puede comprometer nuestra salud. Sin embargo, no existe el alimento completo (a excepción de la leche materna) que sea capaz de aportar todos ellos en cantidades suficientes para cubrir sus demandas, por ello es necesario llevar a cabo una dieta lo suficientemente variada que asegure el aporte adecuado de cada uno debiendo incorporar en nuestra dieta alimentos de los distintos grupos alimentarios. Debemos conocer las distintas fuentes alimentarias de cada nutriente pues aunque el alimento sea un “coctel de nutrientes” siempre habrá uno protagonista . La clave, por tanto, está en la moderación, equilibrio y variedad.

Los nutrientes que el organismo necesita para llevar a cabo sus funciones vitales son macronutrientes (proteinas, grasas e hidratos de carbono), micronutrientes (vitaminas y minerales), agua y fibra. Cuando los alimentos son ingeridos se descomponen en sus correspondientes nutrientes que serán asimilados por nuestro organismo llevando a cabo diversas funciones que principalmente son energética, estructural y reguladora. Los nutrientes no tienen una única función sino que participan a diferentes niveles destacando en alguna de ellas. Así la función principal de las grasas y los hidratos de carbono es energética, La función principal de las proteínas es estructural y, por último, las vitaminas y minerales cuya función principal es regular todos los procesos y reacciones en el organismo. Con ello destacar que solo las proteinas, carbohidratos y grasas aportan energía (y el alcohol).  Como su nombre indica, macronutrientes, son requeridos en cantidades grandes (varios gramos al día).

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A su vez los micronutrientes son requeridos en cantidades muy pequeñas de ahí que una adecuada alimentación sea suficiente para cubrir dichas demandas sin tener que recurrir a suplementaciones injustificadas que puedan perjudicarnos. Las vitaminas y minerales se pueden clasificar en:

  • Vitaminas liposolubles: vitamina A, D, E y K.
  • Vitaminas hidrosolubles: vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, niacina, pantoténico, piridoxina, fólico y cianocobalamina) y vitamina C.
  • Macrominerales (necesarios en cantidad superior a 100 mg/día): calcio, fosforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre.
  • Microminerales (necesarios en cantidad inferior a 100 mg/día): hierro, zinc, cobre, cobalto, manganeso, molibdeno, yodo, selenio, fluor y cromo:
  • Oligoelementos o elementos traza (yodo, selénio, fluor entre otros): Son aquellos que se encuentran en cantidades inferiores a 250 microgramos/g en alimentos o agua. Dado que las necesidades son extremadamente pequeñas y que la mayoría se encuentran ampliamente distribuidos en todos los alimentos, la aparición de deficiencias es muy rara y lo que realmente supone un problema es su exceso ya que en grandes cantidades son tóxicos. De ahí la necesidad de establecer umbrales de toxicidad, cantidades máximas permitidas, para la gran mayoría de los mismos.

En este capítulo se pretende ir profundizando en cada uno de los citados nutrientes. Debemos saber dónde encontrarlos, sus diferentes funciones…. Y uno de los aspectos más importantes, las complicaciones o patologías derivadas de su carencia o exceso. Todo ello se irá tratando más profundamente en su correspondiente apartado.